Por Norberto Valencia González
En una tarde inolvidable en el Olímpico Universitario, el encuentro entre Pumas y Juárez quedará grabado en los anales del fútbol mexicano como el primer juego en el que se implementó el arbitraje tipo NFL en la Liga MX. Fue un espectáculo donde la tecnología y la transparencia se fusionaron en el terreno de juego, dejando una huella indeleble en la memoria de los aficionados.
El protagonista de esta innovadora experiencia fue el árbitro central Mario Terrazas, quien se convirtió en el pionero de esta modalidad al utilizar el VAR de manera trascendental. La polémica se desató en el minuto 68 cuando, tras una falta de Nathan Silva, Terrazas revisó detenidamente la jugada en el VAR. La tensión en el estadio creció mientras el árbitro se dirigía a la pantalla, y con gesto serio informó a todo el Olímpico Universitario la decisión tomada: expulsión para Silva. El eco de los abucheos resonó por todo el estadio, una reacción previsible ante una decisión que no dejó indiferente a nadie.
Pero el drama no se detuvo ahí. En un giro inesperado, Mario Terrazas volvió a ser convocado por el VAR en el minuto 93, esta vez para evaluar la validez del gol de César Huerta. La expectación creció, y nuevamente, la voz del árbitro resonó en el estadio, declarando que la anotación era inválida debido a una falta previa. El descontento de la afición local no se hizo esperar, y los abucheos se volvieron a desatar, completando una tarde llena de emociones y controversias.
El arbitraje tipo NFL dejó en claro que, aunque busca la transparencia y la justicia en el juego, no está exento de generar reacciones apasionadas. El Olímpico Universitario fue testigo de un capítulo histórico, donde la tecnología se erigió como juez implacable, desatando la euforia, pero también el descontento en una tarde que quedará marcada en la memoria de todos los presentes.