Por Norberto Valencia González
A seis días de la grandiosa celebración del Super Bowl LVIII en el majestuoso Allegiant Stadium de Las Vegas, Nevada, la expectación se eleva con la llegada de los dos colosos contendientes al título: los Kansas City Chiefs y los San Francisco 49ers. Estos titanes del emparrillado se enfrentarán una vez más en la búsqueda del codiciado Trofeo Vince Lombardi, reviviendo la epopeya que protagonizaron hace cuatro años, en el Super Bowl LIV.
En aquella trascendental batalla, los 49ers sucumbieron ante la furia de los Chiefs con un marcador final de 31-20, a pesar de haber dominado el tercer cuarto con una ventaja de 10-20. Ahora, guiados por la destreza de Brock Purdy, el designado ‘Mr. Irrelevant’ de la presente temporada, ansían sellar con broche de oro una campaña en la que culminaron con un impresionante récord de 12 victorias y 5 derrotas en la temporada regular, asegurando así el puesto de honor como los líderes indiscutibles de la NFC.
En los emocionantes playoffs, los 49ers derrotaron con tenacidad a los Green Bay Packers en la Ronda Divisional con un marcador de 24-21, para luego imponerse en una epopeya de alto voltaje 34-31 ante los Detroit Lions en el Juego por el Campeonato. Este será el octavo Super Bowl para el equipo de Santa Clara, California, que ostenta en su ilustre historial cinco coronas (en las ediciones XVI, XIX, XXIII, XXIV y XXIX).
El lado B
A pesar de tales glorias, la tristeza se hizo presente en las dos últimas incursiones por el título. Primero, en 2013 frente a los Baltimore Ravens en el Super Bowl XLVII, y luego en la ya mencionada contienda contra los Chiefs. Ahora, ante la sexta temporada bajo la guía de Kyle Shanahan como entrenador en jefe, los 49ers ansían romper una sequía de 29 años sin alzar el título.
En caso de prevalecer sobre los Chiefs en la esperada noche del próximo domingo 11, los 49ers escribirán su nombre en los anales de la NFL, convirtiéndose en el tercer equipo en alcanzar la hazaña de conquistar seis veces el codiciado Super Bowl, uniéndose así a la distinguida élite que conforman los New England Patriots y los Pittsburgh Steelers.