Por Norberto Valencia González
La vida de Jonathan Isaac ha sido narrada innumerables veces, es la historia del joven que estuvo fuera de juego durante 904 días debido a una lesión que devastó su rodilla. A pesar de ser un jugador con un futuro prometedor, llegó a plantearse el retiro para dedicarse a su vocación religiosa, donde ejerce como pastor debido a sus firmes convicciones. En la temporada pasada, finalmente regresó a la actividad.
Sus creencias religiosas son tan arraigadas que, por ejemplo, durante la burbuja de la Covid-19 en Disney World, se negó a arrodillarse en apoyo al movimiento Black Lives Matter, que se popularizó tras la muerte de George Floyd vinculada a la brutalidad policial. Ahora, varios temporadas después, se ha convertido en un líder en la cancha.
“Está volviendo. Desde joven siempre ha querido esto, ya sabes: jugar al máximo rendimiento”, confesó su entrenador Jamahl Moshley.
En un emocionante enfrentamiento, Isaac detuvo en seco a dos históricas estrellas, Kevin Durant y Devin Booker, de los Phoenix Suns. Durant, apodado ‘Slim Reaper’, se convirtió en el décimo máximo anotador en la historia de la NBA al alcanzar los 28 mil puntos, siendo el cuarto más rápido en lograr esa cifra, solo detrás de Chamberlain, Jordan y Abdul-Jabbar. Mientras tanto, Devin Booker anotó 44 puntos, poco después de registrar 62 contra los Pacers, en una noche impresionante de anotación (17/26 en tiros de campo y 1/2 en triples). ¡Un día de celebración!… excepto porque el equipo ganador fue el sorprendente Orlando Magic (113-98).
El equipo del estado de Florida se ha convertido en una de las sorpresas de la temporada en la NBA. Después de tres temporadas difíciles (21-51, 22-60 y 34-48), los Orlando Magic, con su juventud y enfoque en la defensa, se han convertido en firmes candidatos para los playoffs en la Conferencia Este, actualmente con un récord de 24-22.