Por Norberto Valencia González
Yojhan Quevedo emergió como el héroe inesperado para los Cardenales de Lara en la victoria por 6-5 sobre los Tiburones de La Guaira, en el quinto juego de la Serie Final. Su destacada actuación no solo sorprendió a los fanáticos, sino que también fue clave para evitar la barrida y la celebración del cardumen en el Estadio Antonio Herrera Gutiérrez.
Desde el inicio del desafío, Quevedo fue designado como el receptor titular, asumiendo una responsabilidad crucial para impedir el dominio de los Tiburones y detener la racha de siete derrotas consecutivas en finales para los Cardenales. El zuliano no defraudó, demostrando su valía tanto en la ofensiva como detrás del plato.
En el área de bateo, Quevedo tuvo una destacada actuación al irse de 4-3 en la jornada, incluyendo un jonrón, tres carreras empujadas y una anotada. Además, como receptor, guió al relevo del equipo local permitiendo solo tres carreras, dos de las cuales fueron sucias, en 6.0 episodios después de la salida del abridor Anderson Espinoza.
La victoria de los Cardenales detuvo la racha negativa de siete derrotas en finales, igualando un récord amargo que databa de las series por el gallardete de 1979-1980 (una derrota), 1980-1981 (cuatro derrotas) y 1981-1982 (dos derrotas), según informa la Liga Venezolana de Béisbol Profesional en su página principal. La actuación de Quevedo resultó fundamental para cambiar el rumbo y darle un respiro a los Cardenales en esta intensa serie final.