Por Norberto Valencia González
Les comparto un dato imposible de pasar inadvertido en la toma de decisiones del mundo deportivo: en una nueva jornada desafortunada para los Detroit Pistons, el equipo sufrió este viernes 15 su vigésima segunda derrota consecutiva en la temporada 2023/24 de la NBA. Se enfrentaron a los Philadelphia 76ers en el Wells Fargo Center, y la derrota por 124-92 aumentó la preocupación en torno al equipo.
Aunque se esperaba un enfrentamiento complicado contra los 76ers, los Pistons no lograron mostrar mejoras colectivas, dejando un sombrío panorama para el equipo. A pesar de los esfuerzos individuales, como los 20 puntos de James Wiseman, los Pistons no lograron acercarse en el marcador, mientras que los 76ers, en la cima de la Conferencia Este, exhibieron un rendimiento sólido.
Ojo al dato: con esta última derrota, los Detroit Pistons llegaron a una impresionante marca de 22 derrotas consecutivas en lo que va de la temporada. Este número coloca al equipo al borde del abismo, acercándose peligrosamente al récord histórico de más derrotas consecutivas en una sola temporada.
El actual récord pertenece a los Cleveland Cavaliers en la temporada 2010/11 y a los Philadelphia 76ers en la temporada 2013/14, ambos con 26 derrotas en fila. En caso de otra derrota, los Pistons empatarían con los Charlotte Bobcats (2011/12), Denver Nuggets (1997/98) y Vancouver Grizzlies (1995/96), cada uno con 23 partidos perdidos consecutivamente.
Con 25 partidos jugados y 23 perdidos, los Pistons enfrentan una serie de desafíos cruciales en los próximos enfrentamientos contra equipos como Milwaukee Bucks, Atlanta Hawks, Utah Jazz, Brooklyn Nets y Boston Celtics. Si no logran revertir su racha negativa en los próximos cuatro partidos, el equipo igualará el peor récord en la historia de una sola temporada.
La tensión se intensifica ya que, en caso de perder sus próximos encuentros, los Detroit Pistons llegarían a 28 derrotas seguidas, empatando así la peor racha de la historia, esta vez entre dos campañas. El panorama se torna sombrío para el equipo, ya que cada juego se convierte en una oportunidad para evitar sumarse a los registros más oscuros de la historia del básquetbol.