Por Norberto Valencia González
En una semana de intensa emoción deportiva, la industria de casinos de Nevada alcanzó un récord histórico al obtener ganancias récord de seis millones de dólares después del Super Bowl 58. Aunque la cifra aún no ha sido auditada, representa un impresionante 3.7% del total de apuestas realizadas, ascendiendo a la asombrosa suma de 185.6 millones de dólares.
Este logro superó el récord anterior, establecido durante el Super Bowl de 2022 entre los Rams y los Bengals, que alcanzó los 179 millones de dólares.
El enfrentamiento entre Kansas City y San Francisco generó una oleada de entusiasmo, con proyecciones nacionales que estimaron apuestas por un total de 1.5 mil millones de dólares. Seis de cada cuatro apostadores favorecieron a Kansas City, a pesar de estar ligeramente desfavorecidos en las probabilidades de triunfo. Este fenómeno llevó a pérdidas de alrededor del 4% para las casas de apuestas en todo el país, según la firma Macquarie Securities, traduciéndose en aproximadamente 64 millones de dólares en pérdidas.
El factor Taylor Swift
Un factor intrigante que contribuyó al aumento de la participación fue el interés de un nuevo demográfico: las mujeres. El analista Chad Beynon de Macquarie destacó la poderosa influencia de Taylor Swift, sugiriendo que el Super Bowl 58 se percibe como positivo para las apuestas deportivas gracias a este cambio en la audiencia.
A pesar de las pérdidas significativas a nivel nacional, las ganancias en Nevada podrían haber sido aún mayores si los jugadores de Kansas City y San Francisco hubieran tenido un rendimiento más destacado. Las estrellas de ambos equipos quedaron por debajo de las expectativas, y el Super Bowl 58 estableció récords más impactantes fuera del campo de juego.
En un partido con sólo cuatro touchdowns, la estadística más llamativa fue el número de goles de campo convertidos por un solo pateador: Harrison Butker de los Chiefs, con un impresionante total de nueve.