Por Norberto Valencia González
A medida que surgen más detalles sobre el lamentable espectáculo vivido durante el partido de las estrellas del domingo en el All Star 2024 en Indianápolis, resulta cada vez más difícil imaginar una solución a la falta de competitividad del evento.
A pesar de los esfuerzos de la NBA por resaltar la importancia de tomarse más en serio el plato principal de la gran cita festiva del año, el evento ha estado en declive durante varias ediciones. El resultado se tradujo en varios récords anotadores de escaso mérito y la decepción total de la liga y sus altos mandos. La misión fue un fracaso evidente, como expresó el comisionado Adam Silver de manera seca durante la entrega del trofeo de ganadores a la Conferencia Este: “Bueno… felicidades“.
Los tres emisarios
Se revela ahora que Silver hizo todo lo posible, incluso enviando a tres leyendas de la competición a los vestuarios del Este y el Oeste para pedir un mayor compromiso e intensidad antes del partido. Larry Bird, Julius Irving y Andre Iguodala, actual director ejecutivo de la asociación de jugadores NBPA, ingresaron al espacio reservado para los elegidos al All Star en el Gainbridge Fieldhouse, hogar de los Indiana Pacers, para resaltar la importancia de jugar un partido más competitivo.
El resultado del partido deja claro que los actuales jugadores hicieron caso omiso a la petición de las leyendas, a pesar de que entre ellos acumulan un total de ocho anillos, tres MVP de las Finales, tres MVP de la temporada regular y dos MVP del All Star. La falta de capacidad para influir en las estrellas actuales es, sin duda, desconcertante.
El mismo mensaje fue transmitido por los tres emisarios de Silver a los protagonistas del viernes, quienes sí ofrecieron un espectáculo más emocionante durante la Final Four del Rising Stars.