Alejandro Rojas Díaz Durán generó una gran repercusión en redes sociales al expresar su intención de reformar la Ley Federal de Juegos y Sorteos con el propósito de convertir al Puerto de Acapulco en una zona económica exclusiva para casinos “regulados”. La propuesta del senador de Morena, realizada el 7 de noviembre, busca impulsar la reactivación económica de Acapulco tras los devastadores efectos del huracán Otis de categoría 5.
El político destacó la necesidad de una planificación a largo plazo para situar a Acapulco entre los destinos turísticos de clase mundial, comparando sus playas con las de lugares como Dubai, Australia y la costa francesa. Su visión es restaurar la grandeza del puerto, similar a su esplendor en la década de los sesenta.
Sin embargo, la propuesta de Rojas Díaz Durán fue criticada por varios analistas que la consideraron un despropósito. Se argumenta que permitir la apertura de casinos podría atraer aún más la presencia del crimen organizado, que ya ha afectado a Acapulco en décadas anteriores, llevándolo a ser catalogado como una de las ciudades más violentas del mundo.
El politólogo Horacio Flores señaló que la propuesta de Díaz Durán es un “extravío mayúsculo” y esencialmente una iniciativa para crear un paraíso fiscal y un terreno propicio para el crimen organizado. El periodista especializado en narcotráfico y seguridad, Óscar Balderas, calificó la propuesta como “irresponsable” y señaló la presencia de múltiples grupos criminales asediando la reconstrucción del puerto.
En este contexto, Balderas expresó su preocupación por la posible autorización de casinos en Acapulco como medida para combatir el crimen organizado, considerándola una estrategia miope dada la complejidad de la situación en la región. Enfatizó que la propuesta podría tener consecuencias negativas y, de manera irónica, sugirió que la próxima idea podría ser autorizar la reactivación económica con establecimientos como tables dance, incluso sabiendo que el puerto es un destino conocido por el turismo sexual infantil.