Por Norberto Valencia González
Cuando se aborda la conversación sobre el jugador más destacado en la historia de la NBA, es común que el nombre de Michael Jordan surja como el máximo exponente de la liga. Por lo tanto, lo ocurrido el pasado domingo 18 de febrero en el NBA All Star Game adquiere una relevancia especial.
Antes de que iniciara el encuentro en el Gainbridge Fieldhouse de Indianápolis, Kevin Durant ya había acumulado 250 puntos en 10 participaciones en Juegos de Estrellas. Hasta ese momento, solo cuatro jugadores se encontraban por delante de él en esta lista: Kareem Abdul Jabbar (251), Michael Jordan (262), Kobe Bryant (290) y LeBron James (426).
Con este objetivo personal en mente, el alero de los Phoenix Suns salió decidido y, en tan solo la primera mitad del juego, anotó 12 puntos, igualando así al histórico escolta de los Chicago Bulls, Michael Jordan, y situándose en el tercer puesto entre los máximos anotadores en la historia de los All Star Game.
En la segunda mitad, Durant saltó a la cancha con la determinación de romper esa igualdad y superar la marca de Jordan. En apenas cuatro minutos, logró este objetivo al encestar un triple desde la esquina, sumando así 15 puntos y superando a “Su Majestad”. A pesar de tener 35 años y ser uno de los mejores anotadores de la NBA, Durant ahora buscará alcanzar a Kobe Bryant y consolidarse como el segundo máximo anotador en la historia del All Star Game.