Por Norberto Valencia González
Los inversionistas deportivos enfrentamos una situación desafiante al considerar al Nápoles como equipo de interés. La oncena italiana se enfrentará al Barcelona en los octavos de la Champions, pero está atravesando una crisis evidente: acumula tres partidos sin ganar y, lo que es aún más preocupante, sin marcar ningún gol en ese período.
La serie de resultados negativos incluye una derrota por goleada en la Coppa contra el Frosinone (0-4), una pérdida en la liga ante la Roma (2-0) y, este viernes, un empate sin goles en casa frente al Monza. Este último resultado, junto con las lesiones y expulsiones sufridas durante el partido, plantea interrogantes sobre la capacidad del Nápoles para competir al más alto nivel, especialmente en la Champions.
A menos que el Bolonia tenga un rendimiento deficiente, el Nápoles, como vigente campeón, podría alejarse hasta seis puntos de la ‘zona Champions’. Además, las nuevas bajas, incluyendo la lesión de Meret y la expulsión de Mazzarri, representan desafíos adicionales para el equipo.
El rendimiento del Nápoles en el último partido muestra dificultades para arrancar, especialmente sin Osimhen y Politano, quienes estaban sancionados. Aunque hubo algunas oportunidades en el tramo final del primer tiempo y un penalti a favor del rival fue detenido por Meret, el equipo no logró conseguir la victoria. La situación se volvió tensa con las expulsiones de los entrenadores y, a pesar de rozar la victoria en el tiempo añadido, el Nápoles no logró superar sus problemas actuales.
El Nápoles experimenta dificultades significativas, lo que podría influir en las decisiones de apuestas futuras. La falta de consistencia en el rendimiento y las complicaciones internas del equipo podrían ser factores clave a tener en cuenta al evaluar las probabilidades de éxito en futuros encuentros, incluido el enfrentamiento contra el Barcelona en los octavos de la Champions.